Grandes de antaño en apuros

Ya bien entrados en el Siglo XXI a menudo echamos la vista atrás para recordar aquello que una vez fue pero casi seguro, por desgracia para muchos, no volverá. En el caso de más de un gran clásico del Viejo Continente no es que ya no sean potencias europeas, es que los hay incluso que han caído en la más absoluta mediocridad. Sus vitrinas pobladas de antiguos títulos ya solo se abren para limpiarles el polvo, nunca para sumar más metal, para reverdecer lo que alguna vez fueron. Eso queda para sus rivales de toda la vida o para los nuevos dominadores.

Desafortunadamente esto sucede con mayor frecuencia de la que pensamos. Muchos se quedan en el brillo de los Bayern, Chelsea, Zenit, etcétera, pero cada vez que llega un final de temporada el drama del descenso también afecta a grandes clubes a los que la mala gestión, una pésima fortuna, la bajada paulatina de su nivel deportivo o la conjunción de todas ellas les lleva a batirse en el fango por lograr lo que a principios de curso se daba por hecho. Como dato apuntaremos que el Nottingham Forest bicampeón de Europa no podrá ascender este año a Premier League. De ahí podría caer el Aston Villa (ojalá que no) así como el Hamburgo en Bundesliga (tampoco lo deseamos). La circunstancia curiosa es que estas entidades que sumaron 4 de las 5 Orejonas que se levantaron entre 1979 y 1983 podrían coincidir en el tiempo en segunda. Y en Francia el Stade Reims dos veces subcampeón en los años 50 vuelve a asomarse al abismo tras cuatro derrotas consecutivas.

Pero no solo en las grandes ligas se pasa mal. Si echamos un ojo al Este el sufrido Honved de Budapest pugna por no bajar a los infiernos en Hungría. Una buena racha acaba de auparles desde el último lugar de la tabla al 12º lugar (de 16), si bien su 'colchón' es de tan solo un punto respecto a la quema. Eso sí, al menos en la Copa de la liga están a un paso de semifinales tras golear al Nyíregyháza (3-0) en el choque de ida.

Tampoco es sencillo el destino del Torpedo de Moscú. Tras muchos años de convulsiones, desapariciones, refundaciones, descensos y líos institucionales regresaron a la Premier rusa mediante el playoff de ascenso, aunque su retorno no está siendo sencillo. Toda la temporada en la parte baja de la clasificación con una alarmante falta de gol además de una defensa horrorosa, los capitalinos acaban de caer en zona de promoción. Si bien solo una victoria les separa de la salvación que marca el Rostov, un punto es el escaso margen que mantienen con el descenso directo que ocupa ahora mismo Ufa junto a Amkar Perm. Su calendario es temible, por lo que las esperanzas son pocas, pero rememorando la epopeya que debieron pasar para retornar a la élite lo que deben afrontar ahora debería parecerles un juego de niños.


Por último merece la pena echar un vistazo al fútbol rumano. Como casi siempre el Steaua domina el campeonato, pero en esta ocasión les ha surgido un inesperado contendiente que apenas tiene siete años de vida pero pelea con dignidad. El Târgu Mureş se encuentra a tan solo dos puntos de ellos en la que apunta a gran sorpresa europea del año. No obstante el éxito en los Cárpatos no significa instalarse de forma continua en la élite. El CFR Cluj, campeón en 2008, 2010 y 2012 va a descender tras una terrible sanción de 24 puntos por deudas. Colistas ya sin opciones en una campaña en la que perderán la categoría 6 de los 18 clubes de primera, son penúltimos solo por encima del Oţelul Galaţi, campeón en 2011 con unas perspectivas pocos halagüeñas. Eso sí, peor le fue al Unirea Urziceni, campeón en 2009 pero desaparecido dos años después.

Sin embargo no hemos venido a hablar de ninguno de ellos. El Rapid de Bucarest ocupa nuestro foco pues se ubica entre la terna de aspirantes a caer a segunda. Inmersos en un mal momento, tres derrotas consecutivas les tienen 16º a seis puntos de la salvación cuando tan solo restan veinticuatro en juego. Su anterior descenso a finales de los años 70 les retuvo seis años en el segundo escalafón del fútbol rumano, tardando más de dos décadas en volver a ganar un título. Con cinco encuentros por disputar en casa el reto no parece imposible ante un calendario amable, pero el negro presente deportivo no augura buen futuro para uno de los clubes con hinchada e historia más apasionante de los Cárpatos.

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