Ansiedad


 ¿Qué aficionado al fútbol que se precie no ha vivido instalado en la ansiedad durante días ante la importancia de un partido vital? Este puede tener muchas formas: un duelo definitivo por el ascenso, la final copera, la de un torneo continental (ni digamos ya si es el Mundial), el choque que decide la liga o la permanencia... muchos tipos de encuentros pueden llevarnos a ella, y este servidor ha tenido la fortuna (sí, bendigo esos nervios) de vivirlos todos.

Quizá por ello encaro más tranquilo la última fecha del campeonato argentino. Ya vi a Racing Club campeón hace 13 años, como confío en verles ahora. Sinceramente estuve más nervioso en los partidos ante Quilmes, en la batalla ante River o en la previa de la visita a Rosario Central. Han pasado ya doce días desde que la Acadé venciera a los Canallas contundentemente (0-3), doce días en los que he pasado por muchos estados, pero ninguno ha sido el miedo ni la desconfianza. Creo que Racing va a ser campeón porque lo merece, porque ha sido mejor que sus rivales, porque es su momento.

Sin embargo...es para los de Avellanea la presión. Toda, de hecho. El peso de la historia juega en su contra, así como el hecho de haberla pifiado tantas veces cuando todo parecía estar de cara. Su único rival por el título es River, vigente campeón que además obtuvo la noche del pasado miércoles la Copa Sudamericana, por lo que llegarán a su duelo más tranquilos por el reciente éxito. Poco más se puede pedir a un plantel que ha ganado dos títulos durante 2014, aunque es a ellos a quienes se les ha escapado el Torneo Transición.

Sé de muchos amigos de Racing que se encuentran en un sinvivir, pero ya hemos pasado por esto. En 2001 la situación era aún más complicada, si bien valía el empate en la siempre difícil cancha de Vélez (también con River como perseguidor). Esta vez hay que ganar para asegurar el campeonato, pero será en casa, con un Cilindro a reventar y la gente animando como nunca. Ya sabemos lo que es esto. Vamos a por ello y gritemos a Argentina que Racing va a ser campeón, por Milito, por Saja, por la hinchada, por Cocca, por el propio club y porque el destino nos debe unas cuantas. Ya es hora de empezar a cobrarlas, a medida que pierdo la mesura mientras me va capturando la ansiedad.

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