Viajes & fútbol: Argentina II (el Superclásico)


A medida que uno cumple años va tomando conciencia paulatinamente de lo que sucede a su alrededor. Aplicada esta máxima al mundo del balón, el hecho de vivir en un país latino que acoge a tantísimos hermanos sudamericanos (así como ellos hicieron masivamente antaño) rápidamente comprendes lo que el amor por los clubes de su tierra significa para ellos, más aún en el momento de disputar el clásico con el eterno rival. Pero todo esto se magnifica cuando llega el Superclásico argentino, sin ánimo de desmerecer a nadie, posiblemente el clásico más importante del continente suramericano (aunque la actualidad de ambos sea bastante pobre).

Pues bien, servidor tuvo la suerte de acudir a uno de los que por historia, tradición, colorido y sobre todo rivalidad, es de los más grandes del mundo: nada menos que un River-Boca. Si bien dicen que para vivirlo en su máximo esplendor debe ser en La Bombonera, yo lo viví en el Monumental, pudiendo dar fe de que el ambiente para este choque es algo fuera de lo común.

Por lo pronto desde un tiempo antes me planteé que si o si tenía que conseguir un boleto para acudir. No podía visitar Argentina sin presenciar en directo este choque si es que coincidía con mi estancia, como afortunadamente fue. Sin embargo, con el paso de los días me fui desilusionando pues las vías para conseguir la entrada se esfumaban poco a poco, siendo que desde el principio descarté hacer la cola en la cancha para lograrla. Sin embargo, el día antes tuve la suerte de que un amigo contactó con alguien por internet que le vendió varias, por lo que por el “módico” precio de 200 pesos (unos 40€) conseguí el pase para el gran choque.

El partido se jugó un atípico martes 16 de noviembre debido al fallecimiento de Néstor Kirchner, lo cual provocó que rotase una semana lo restante de campeonato, coincidiendo en espacio y tiempo este partido con los conciertos de Paul McCartney en el Monumental. Pero nada de ello restó un ápice de sabor a un partido al que siempre supe que acabaría yendo a ver.

¿La banda? Dos franceses, un rumano, un alemán y yo, en colectivo camino del barrio de Núñez. Ni recuerdo como se llamó la parada donde bajamos, pero lo hicimos frente a la barra de Boca, que nada más ver a tres chicos de River que no pasaban demasiado lejos fueron a enfrentarlos. La policía actuó rápido y nos pronto nos quitamos de en medio, mezclándonos entre la gente millonaria. Camino al estadio me resultó curioso que el dispositivo de seguridad tanto policial como el del estadio realizase un cacheo tan insuficiente, por decir algo. Cualquiera hubiera podido meter lo que fuera, como así se vio posteriormente.

En la cancha

Estamos en el sector Sívori, un orgullo. Todo abarrotado, llenísimo, imposible andar buscando un lugar. Apenas arribamos una hora antes del partido, mal hecho en una ocasión así. Hay que ir mucho antes a la cancha si quieres un buen lugar.

Fuimos de un lado para otro mientras intentábamos ver la previa que disputaban los juveniles de ambas escuadras, algo que debía ser una final porque si no, no se explica que poco antes de la conclusión anote River, los pibes lo festejen como locos pero cuando acaba son los de Boca los que celebran con efusividad y saludan a los suyos.

Pasan los minutos, la gente canta para alentar a los suyos y contrarrestar a "La 12", ya presente con una pancarta poco amistosa para la gente de River. Se anuncian los onces iniciales, bronca para los xeneizes y ánimos para los millonarios. Sale Boca a la cancha, ya podréis imaginar con que resultado. Sale River: explosión de júbilo, algarabía de una hinchada necesitada de un triunfo revitalizante para eludir el fantasma de la promoción y superar a su clásico contendiente por primera vez desde 2007.

De este modo, si bien el presente de Millonarios y Bosteros Xeneizes no es el mejor, nunca sabes que puede depararte un encuentro de tamaña magnitud, aunque al menos estaba asegurado el espectáculo en las gradas, ese que tanto admiramos y nos maravilla desde Europa (siempre que no hay incidentes, claro). No, no defraudó en ese sentido, pero si sobre el tapete, con un primer tiempo de dominio local y un segundo en el que tras el gol de Maidana nadaron y guardaron la ropa, algo que finalmente les funcionó.



La explosión de alegría por el gol es algo inenarrable, algo que hay que vivir, más aún estando nosotros unos metros por debajo de "Los Borrachos del Tablón" (en efecto, no había otro lugar). Los boquenses no estaban tan contentos, así que en un acto de civismo (?) encendieron varias decenas de bengalas (a esto me refería antes con el cacheo insuficiente) para lanzarlas grada abajo a los aficionados de River que estaban debajo de ellos.

Antes del tanto, el descanso solo llegó para los jugadores pues todo el estadio le dedicó durante esos 15 minutos a Boca y los suyos algunas “canciones de amor” (?). El final del partido trajo el júbilo en el verde y en la platea, con los jugadores conmemorando la victoria con una celebración digna de título logrado. No fue así, pero casi. ¿Por qué no hablo más sobre el encuentro? Porque si le quitas el envoltorio se queda en un choque pobre y decepcionante, así que mejor quedarse con el recuerdo de la gran cita.

Total, que River rompió la racha negativa y respiró levemente, mientras que del otro lado un muerto Riquelme desaparecido se marchó en el descanso y Borghi presentó la renuncia al final del encuentro. Cappa llegó herido de muerte al mismo, cayendo en pocos días los técnicos de ambos. Eso son hoy River y Boca, equipos de media tabla con los historiales y las hinchadas más grandes, pero con una actualidad que no envidian para nada modestos como Godoy Cruz, Arsenal o Lanús.

Otra cosa para no olvidar es el interminable camino de vuelta, y eso que no vivíamos tan lejos como la hinchada visitante, pero tardamos un par de horas en regresar a casa luego de una gran caminata y algunas conexiones en los distintos colectivos. Sin duda, el Superclásico merecía el esfuerzo.

Pd: esta vez no he colgado ninguna foto mía ya que no vino mi chica, la dueña de la cámara. Para colmo las que hice con el móvil no las puedo pasar al Pc al no tener el cable.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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gran clásico, sin dudas el emjor de sudamérica, ya que en Brasil hay muhcos equipos grandes